Artículo escrito por David Gil
El pasado mes de marzo, tuve el honor y la responsabilidad de presentar el Cartel de la Semana Santa 2025 de Argamasilla de Calatrava, un encargo que recibí con muchísima ilusión y respeto. Fue en el marco de la II Jornada Cofrade Rabanera, un acto que reunió a cofrades, vecinos y amantes de nuestras tradiciones. Allí, pude explicar lo que para mí significa este cartel y la historia que hay detrás de él.
Quiero aprovechar este espacio para compartir con todos los que no pudisteis asistir, no solo la imagen, sino también el sentimiento que he querido transmitir en este cartel, y el profundo significado que encierra.

Un agradecimiento de corazón
Antes de adentrarme en el misterio de la imagen, quiero volver a agradecer, como hice aquel día, a José Ruiz por haber confiado en mí para la realización de este cartel. Gracias también al alcalde Jesús Ruiz, a la banda de cornetas y tambores La Concordia, y a todos los que formáis parte de esta gran familia cofrade: presidentes de hermandades, párroco, vecinos, amigos y compañeros que nos acompañasteis.
Pero sobre todo, y como dije en aquel acto, mi mayor agradecimiento es para mi familia, y muy especialmente a mi madre, que sé que también estuvo allí conmigo ese día, de una manera muy especial.
El misterio de la mirada
Cuando me propusieron realizar este cartel, supe que no quería que fuera un cartel cualquiera. Quería que transmitiera algo profundo, que hablara al corazón de quien lo contemplara.
La imagen que protagoniza el cartel es la de la Virgen de los Dolores, de la Cofradía de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores. La fotografía que lo ilustra la tomé un día cualquiera, o al menos así parecía. Tras muchas fotos, decidí subirme a una escalera para buscar un ángulo diferente, y fue entonces, al mirar directamente a los ojos de la Virgen, cuando sentí algo que me estremeció. En esa mirada vi reflejada la mirada de mi madre. En ese instante entendí que esa imagen sería algún día el centro de un cartel importante, y así ha sido.
En la mirada de una madre, el amor de Dios a sus hijos. Esa es la frase que acompaña al cartel, porque así lo sentí: en los ojos de una madre, en la dulzura y la fortaleza de esa mirada, está todo el amor de Dios por sus hijos.
La composición y su mensaje oculto
Cuando llegó el momento de diseñar el cartel, busqué que la imagen no solo mostrara belleza, sino que invitara a quien la observe a detenerse y reflexionar. Por eso, a simple vista, puede parecer que falta algo esencial: la figura de Jesús.
Pero ahí está el misterio. Jesús no aparece representado porque está al otro lado. Jesús está donde su madre mira. Ella sostiene la cruz con su mirada, con su dolor y con su amor.
Quise que cada uno que contemple el cartel pueda sentir esa conexión, esa presencia invisible pero real, como yo la sentí al mirar a la Virgen aquel día.
Un legado artístico e histórico
Quisiera aprovechar también para destacar algo que conocí gracias a una conversación con mi primo, José Antonio Molina Gil, y que me pareció importante incluir aquí. La imagen de la Virgen de los Dolores que protagoniza el cartel fue realizada por el escultor Antonio Castillo Lastrucci en el año 1940, uno de los grandes imagineros andaluces del siglo XX. Lastrucci es conocido por haber creado numerosas imágenes de Semana Santa en Sevilla y otras ciudades, caracterizadas por su expresividad, su realismo y la fuerza espiritual que transmiten.
Años más tarde, la imagen fue restaurada por su sobrino-nieto, el escultor e imaginero Jesús Méndez Lastrucci, quien intervino en el candelero y las articulaciones de los brazos, asegurando que la imagen pudiera seguir formando parte del patrimonio histórico y artístico de Argamasilla de Calatrava, procesionando y emocionando a generaciones futuras.
Y es importante que, como pueblo, seamos conscientes del rico patrimonio que tenemos. A veces nos cuesta valorar lo que tenemos cerca, pero la historia, el arte y la tradición que atesora nuestra localidad es un legado que debemos cuidar, preservar y sentir como propio. Tenemos que convencernos de que nuestro pueblo es poseedor de un patrimonio cultural y artístico de gran valor, que forma parte de nuestra identidad y que debemos poner en valor y transmitir a las futuras generaciones.
Este cartel, por tanto, no solo es una imagen para un año concreto, sino también un homenaje a la historia, al arte y a la devoción que nos une.
Un cartel para compartir
Para mí, este cartel es un regalo. Un regalo que me habéis permitido hacerle a nuestro pueblo y a todos los cofrades rabaneros. Espero que, al verlo, cada uno de vosotros pueda detenerse un momento y sentir lo mismo que yo sentí aquel día: que en la mirada de una madre está todo el amor de Dios.
Gracias de corazón por permitirme formar parte de la Semana Santa de Argamasilla de Calatrava, y por acompañarme en este camino.

