Argamasilla de Calatrava se ha llenado de color, creatividad y tradición con la celebración del primer Encuentro Comarcal del Día Internacional del Ganchillo, una cita que ha convertido la Plaza del Ayuntamiento en un auténtico taller al aire libre.
La iniciativa, impulsada por el grupo vecinal que cada año engalana las calles rabaneras en momentos festivos, ha reunido a decenas de personas de la localidad y de Granátula de Calatrava, contando además con la implicación de escolares de los colegios Virgen del Socorro y Rodríguez Marín, así como usuarios del Centro de Mayores. Una jornada que, más allá de la aguja y el hilo, ha querido ser reflejo de unión entre generaciones y pueblos vecinos.

El alcalde, Jesús Ruiz, acompañado por el concejal Sergio Gijón, destacó el valor de esta propuesta surgida apenas hace dos semanas y que ya se ha hecho un hueco en la agenda cultural: “Se trata de poner en valor nuestras tradiciones, de agradecer a quienes mantienen vivo este arte y de apostar por encuentros que queremos que perduren y se extiendan más allá de nuestra comarca”.
Por parte de Granátula, la concejala de Cultura Yolanda de la Cruz felicitó la organización y subrayó el espíritu de convivencia: “Este día deja un recuerdo especial porque aquí se disfruta, se aprende y se comparte”.

En representación del grupo promotor, María Pliego recordó la motivación de la cita “Llevábamos dos años engalanando Argamasilla con creaciones de ganchillo y no podíamos dejar pasar más tiempo sin celebrar este Día Internacional”.
Además, puso en valor el componente emocional de esta artesanía: “Muchos recordamos a nuestras madres o abuelas tejiendo piezas que eran auténticas obras de arte, capaces de abrigar no solo el cuerpo, sino también el alma”.

El concejal Sergio Gijón incidió en el carácter intergeneracional del encuentro y en los beneficios que tiene esta práctica: “Es una forma de mantener la mente activa, de mejorar la atención y la movilidad fina, y de transmitir conocimientos de nuestros mayores a los más pequeños”.
Con alrededor de treinta integrantes, el grupo de ganchilleras y ganchilleros de Argamasilla de Calatrava ya piensa en dar el siguiente paso: organizar talleres en los colegios para que este arte, con tanto arraigo en la vida rural y hoy presente incluso en la moda contemporánea, siga vivo en las nuevas generaciones.
El lema de la jornada, “El arte que nos une”, se convirtió así en la mejor síntesis de un día en el que la tradición, la creatividad y el espíritu comunitario se entrelazaron con la misma naturalidad que los hilos de ganchillo.
Fotografías y texto por David Gil
