En Argamasilla de Calatrava hemos demostrado que una botella, un brick o una simple chapa pueden transformarse en arte cuando la imaginación y la unión vecinal se ponen en marcha. El proyecto nació gracias a Angelines, una vecina que imaginó cómo dar una segunda vida a materiales que normalmente acabarían en el contenedor equivocado. Dibujó, midió, soñó… y el Ayuntamiento le dio luz verde.
Con la implicación de numerosos vecinos, en solo tres meses se logró engalanar las calles aquella primera Navidad: árboles de cinco metros construidos con botellas, trenes llenos de duendes, piruletas gigantes, muñecos de jengibre, renos, guirnaldas… y un Belén a tamaño real formado por más de 109.000 chapas, gracias al esfuerzo conjunto de la hostelería local.
Este diciembre será ya el tercero en el que el municipio reimagina sus rincones con decoraciones elaboradas a partir de residuos reutilizados. Lo más valioso no son solo las figuras, sino la comunidad que se crea alrededor: colegios, asociaciones, vecinos de todas las edades que aportan, comparten ideas y trabajan juntos. Una energía que ha llegado también a la Feria del Libro, a las Fiestas Patronales y a actividades como el primer encuentro comarcal del ganchillo.
Y quienes creen que ya lo han visto todo, quizá se sorprendan: esta Navidad el Belén crecerá, algunos espacios se renovarán… y podría aparecer hasta un pequeño bosque encantado…
Os esperamos estas navidades en Argamasilla de Calatrava.









































